Cuando empecé este último máster ¡y prometo que será el último! trabajaba con Jope y Arezoo ¡incluso yo aún trabajaba en Nebraska! ni siquiera conocía a Mélody, sin duda tenía menos canas y más pelo que ahora, Cuba aun era un sueño muuuy lejano en el horizonte, Enrique&Raquel aun no se habían casado, Fran y Víctor no eran papás...
Cuando empecé aquel máster aun íbamos con mascarillas, pero poco a poco nos íbamos librando de las restricciones COVID; aunque, bajo mi subjetividad, las restricciones pasaron a ser un montón de tareas semanales que me importaban un pimiento.
Pero, lo que realmente quisiera destacar hoy, no ocurrió hace 2 años, sino hace 1: cuando solo me faltaba por acabar el TFM y empecé a dar clases... en ese preciso momento fue cuando este máster que no soportaba cobró sentido: brindándome la oportunidad que no me habían brindado los 2 anteriores: sentirme sociólogo.
Y a partir de ese momento, maldita sea, mi lista de prioridades dio un vuelco: quiero ser profesor de cultura española.
Ahora es otoño; hemos vuelto de Cuba, he acaba el p*to TFM y voy a cumplir 35 años. ¿Qué quiero ser de mayor? ¿Me podría quedar con lo mejor del anterior otoño y lo mejor de la última primavera? Todo será cuestión de balanzas...
¿Y con lo mejor de los próximos dos años? Es cosa de ponerse a ello y construirlo sin mirar (necesariamente) atrás
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