Me habita un impulso confuso,
un deseo sin mapas
unas ganas feroces de cambiar de escena,
de verme en otros decorados.
Saber que quiero irme pero sin saber a dónde,
como si mis manos no supieran decidir
si caricia, muslo, pubis, abrazo o espalda.
Necesito rodar hacia alguna postal
que no tenga la luz sin nombre de estos días,
una pared de verano quizás,
una tarde a corazón abierto.
No sé si es vengarme de todo
o preguntar de...