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Mi padre me decía hace unos años "Lucas, hay que ir a Cuba antes de que muera Fidel, luego ya se convertirá en República Dominicana". Fidel dejó el poder en 2011 y falleció en 2016. Llegué tarde... aunque tampoco tengo claro qué cambios me habría perdido llegando antes; en esta eterna búsqueda por la supervivencia que tiene la isla desde la disolución de la URSS (o la desaparición del Espacio Socialista, como dicen ellos). Pienso que la COVID, en una isla que cada vez mira más hacia el turismo, también causaría bastantes estragos...
La gran lección que aprendimos en este viaje es que es muy difícil ir a esa isla de mochilero europeo independiente; no se entiende, no te dejan y te meten miedo [aunque, siendo honestos: en Turquía hace 9 años tampoco se podía]. Quizás esa forma de viajar sea un privilegio de blancos para blancos [al fin y al cabo: solo me ha funcionado en Irlanda y Francia] ¿funcionará en la India? entre medias tenemos una furgo camperizada que hemos usado muy poco estos últimos 2 años.
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Cierto es que entre los pocos medios que te facilitan para que vayas a tu bola, el meterte miedo hasta con los perros y el atosigamiento constantemente, hacen que lo que te pida el cuerpo sea que te refugies en un resort en Varadero (como en República Dominicana): que no llegamos a hacer.
Si pudiera reiniciar el viaje cambiaría pocas cosas; las experiencias, los aprendizajes, los paisajes y las conversaciones con las familias donde nos hemos hospedado... todo ha sido sido mágico. Me encantaría vivir 2 meses en La Habana como ya hice en Estambul, pero también me gustaría pasar más desapercibido y no sentirme un € con patas.
Me es imposible quedarme solo con algún lugar en concreto, pero tengo muy claro que fue lo que más me gustó de este viaje: hacerlo y hacerlo con Sonia. Estoy infinitamente agradecido de que quisiera acompañarme en este sueño, condición de posibilidad de todo lo demás, ahora se viene un otoño movidito... pero de momento, voy a acabar mi TFM 😓
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