
una mañana a comienzos de marzo, tras haber intercambiado mi cama por la que se quedaba libre [por unas horas] del cuarto de Sole, fui al aeropuerto a recoger a la nueva integrante de dicho cuarto
no es que me hiciera mucha ilusión conocerla; simplemente supuse que al venir del otro lado del atlántico y cargada de cosas, no le vendría mal una ayuda, al fin y al cabo yo no tenía nada mejor que hacer esa mañana... haz con los demás lo que te gustaría...