... dirección Colombia la he dejado esta mañana en el aeropuerto; a defender eso tan bonito por lo que nos conocimos: los Derechos Humanos. Y, dentro de éstos, lo que verdaderamente le hace latir el corazón: las Mujeres.
Y yo me quedaré aquí, de rodríguez, por 6 semanas, admirándola y queriéndola en la distancia; deseando que me vaya reportando todo lo que va aprendiendo por allá y deseoso de que vuelva, renovada esta operación SIL (*) sin parangón.
[Seguramente cuando aterrice de vuelta, yo también seré otro; pero de eso ya hablaremos en otra entrada...]
Se va, a seguir su sueño, y yo no puedo más que enorgullecerme de cómo lo consigue y lo alcanza. Quién sabe si después se volverá a ir, me iré yo, o yo que sé; esta vida es bien caprichosa y los idealistas nunca lo tuvimos del todo fácil... pero mientras nuestros corazones sigan latiendo al mismo compás, la distancia siempre será algo secundario :)
(*) operación SIL: Sacar a Irene de Lavapiés.
La vida es ir dando tumbos, y eso no es necesariamente malo.
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