
Los que me conocéis bien, o muy bien, sabéis que ese apodo tan ingenioso que me puse en tiempos londinenses estos últimos años me empezaba a pesar; no porque no me identificase con ambos adjetivos ni porque no estuviera encantado con ambos, sino porque laboralmente sentía que solo se me valoraba por uno de ellos...Pero desde el mes pasado, eso ha cambiado; ahora tengo a 21 chiquilles de todo el mundo que madrugan para aprender conmigo...