grandes paseos con pequeños retos

La verdad es que en un radio de kilómetro de mi casa no hay muchas cosas espectaculares que visitar y menos si hasta ayer los parques estaban cerrados ¡vivo a 1200 metros de un pedazo del muro de Berlín y a poco más de Ventas! he de reconocer que ya hemos ido a ambos sitios: perdónanos Fernando Simón.

Por lo que me he inventado pequeños retos para cada paseo, aún no falté a ninguno ¡son sanísimos! y es visitar las embajadas y consulados que entran (o bordean) mi radio de distancia; San Marino (porque hasta los micro-estados [y la república más antigua del mundo] tienen de eso) es la embajada más cercana, el consulado boliviano también entra (donde la Wiphala sigue puesta), Ecuador y Francia están en el límite, Japón quitó su bandera, el edificio de Libia era un anexo a medio camino entre embajada y consulado, el de Marruecos es muy discreto ¿quizás se reserven lo bueno para la embajada? y la de Grecia no es nada bonita... Los siguientes retos por cercanía parecen ser Tailandia, Rusia (la conozco y no me llama, pero me pilla de paso) y mi favorita de toda la ciudad: la italiana. La cuestión es ponerse pequeños retos y nunca perder la ambición por descubrir nuevos sitios.

Y esto me está recordando a una vida anterior, bastante menospreciada por mis recuerdos, que era mi hobbie londinense de pasear buscando a Banksy ¡incluso me compré un libro de localizaciones! y placas en las casas donde habían vivido celebridades: prácticamente era vecino de Gandhi ¡y tardé meses en descubrirlo!

Lo de las placas también lo hay en Madrid y podría ponerlo en la lista de friki-retos; ya que vamos a seguir en fase 0 una semana más ¡y menos mal! Pero lo que de verdad quiero es encontrarme, más que con embajadas y consulados, con esta embajadora ¡es maravillosa!