La verdad es que el hecho de comprar una furgo con Sonia ha sido una de las decisiones más bonitas que hemos tomado últimamente; sentir que tenemos esa propiedad compartida y más piedras sobre nuestro proyecto: ¡esta furgo será una inversión de años!
Nuestra primera experiencia furgonetera fue genial, parecida a la de hace 2 años pero más mejor. En estos viajes siempre me inundan infinitos recuerdos de mis viajes con 24 y 25 años; mi vida en la carretera, llevando la casa a cuestas. Es una sensación de libertad inmejorable, aunque claro, vamos perfeccionándola con el paso de los años: la propia furgo, el permitirse pagar algún taxi si la situación lo precisa, darse algún capricho culinario...
La verdad es que lo de trabajar en educación y tener unas vacaciones taaan largas es un placer, sobre todo teniendo la suerte de compartirlas casi en su totalidad con Sonia 💕 y esto daría pie a otra entrada que hoy no toca...
O como puse en una entrada [jamás publicada] de hace un año también por estas fechas:
Viajar... cambiar de escenario, de ambiente, de gente. La rutina, el no saber en qué día de la semana vives. Despertarte cada día [o casi todos] en un sitio distinto. (...) me temo que me sigue gustando ser Fungus un mes al año...
No hay duda, aunque a algunos nos cueste llegar a darnos cuenta: las cosas intensas compartidas son infinitamente mejores.
ResponderEliminarDisfrutadlo mucho, mejoradlo, no lo deis jamás por hecho
Jajaja me encanta 🥰. Yo esta noche estoy siendo muy Fungus, leyendo el post frente al pueblecito de Cluny, en el centro de Borgoña :)
ResponderEliminarSe os ve super felices!!!