Cierro una etapa, la más larga ¡con diferencia! en lo que a pisos se refiere, para comenzar otra completamente distinta... y de la que ya hablaremos en la siguiente entrada. Me voy de un piso al que llegué siendo aun un novato madrileño y del que me despido curtido en mil batallas escenificadas en infinitos curros y postgrados; y me voy precisamente ahora, que mi suerte laboral empieza a cambiar, por fin!
Me voy de un piso que a su vez han sido muchos; nada tuvo que ver el primer año con todos los demás; el segundo fue convulso, lleno de cambios y, de alguna manera, incluso desagradecido con todo el corazón que yo ponía. Poco antes del tercer año ya volvió la estabilidad y a los pocos meses, a su vez, mi vida en pareja también se trasladó aquí.
Pero en poco menos de un año volvimos a ser 3, y ahí sí que se convirtió Atocha más que nunca en mi fortaleza, mi coraza y mi refugio; aunque, ironías de la vida, unos meses más tarde sentí que me tenía que ir al parque de al lado para hacerle un audio a Rebeca y Athenea....
Y de un tiempo a esta parte; Fungus y Miri siguen viniendo, Salva volvió, Diego también, Bea se hizo imprescindible, Sonia apareció e Isa pasó de ser de Atocha a estar ¡vaya cambio! aunque también es cierto que en estos últimos meses pasaron otras cosas que me había prometido que nunca volverían a pasar... pero en paralelo Sole empieza a volver y Bego acabó consiguiendo curro en la Capital del Reino🎉
Parecía que Atocha se volvía a reinventar otra vez, y una parte de mí tenía muchas ganas de estar ahí; pero ha pasado otro tren por mi lado y eso tampoco estaba dispuesto a dejarlo pasar...
Gracias por todo Atocha,
Gracias a D&A por ficharme e Isa por soportarme.
En este piso me he hecho mayor, muuuy mayor;
tanto que ahora me voy a hacer cosas de mayores😅
Y ya solo me queda decir: bienvenidas Bego y Sole!
Cuidadme el piso... cuidadme a Isabel...